Fox ¿Mexicano? o Herzliche Glükwünsche Und Vielen Dank, Herr Fuchs!

La inusitada estatura (física, desde luego) podía mover a sospecha. Su menosprecio por los protocolos al presentarse en actos oficiales (por ejemplo cuando al acudir a la toma de protesta como presidente comenzó no dirigiéndose al H. Congreso de la Unión, sino a sus hijos) algunos la habrían justificado como una actitud más relajada ante meras formalidades. El desprecio por el Escudo Nacional (al inicio de su administración, o mejor dicho gerencia, se encargó de mutilarlo violando el Art. 2 de la Ley Sobre la Bandera, El Escudo y el Himno Nacionales) convirtiéndolo en un émulo de la "onda Coca-Cola" podría haber sido un indicio bastante notorio. Sin embargo, los hallazgos de Ventura Gutiérrez, dirigente de la Alianza Braceroproa, nos llevarán a varios de nosotros a darnos cuenta del porqué de tales situaciones.
El señor Ventura Gutiérrez ha realizado algunas pesquisas, mediante las cuales ha obtenido documentos oficiales que cuestionan la nacionalidad mexicana de Vicente Fox y que, de no refutarse su autenticidad, indicarían que el padre de Fox era de nacionalidad estadounidense, y dado que su madre era española, resulta que Fox no cumplía con el requisito de ser hijo de padre o madre mexicanos, necesario para ser presidente del país.
Puede verse una entrevista, dirigida por el periodista Julio Hernández, en este video de La Jornada TV. La Otra Tele.
¡Así que alemán-español-estadounidense! Lo que fuere estaría muy bien, excepto por el pequeño detalle de que el paladín número uno de las instituciones, aquél que critica a diestra y siniestra a aquellos que no respetan la ley es el primero en violarla.
¡Qué maravilla! ¿Qué se puede decir de alguien así? ¿Qué tipo de juicio podría emitirse ante quien perpetra un engaño de semejante magnitud?
¿Le reclamamos? ¿Le exigimos una amplísima explicación de su cinismo ahora que estamos a unos días de que termine este sexenio?
Sería lo menos que nos debe, pero el asunto es que ya a estas alturas no nos sirven de mucho sus justificaciones, o excusas, que sería lo más que podría dar. Lo que sí podríamos hacer, por citar un ejemplo, es exigir que no disfrute de los desorbitados privilegios de los expresidentes: su pensión vitalicia (como si de verdad la hubiera desquitado) y su "derecho" a moverse a todos lados custodiado por el Estado Mayor Presidencial por el resto de su vida (y eso incluye a sus familiares...¡qué tal los Bribiesca!), situaciones ambas que impactan (habrá quien diga que no mucho) directamente los impuestos de los mexicanos.
Desgraciadamente, para que nuestro reclamo ocurriera se necesitaría que hubiera voluntad política, que la justicia en este país fuera para todos y no para los que la pueden comprar, o ya en el último de los casos que se ejecutara el quinazo que fecal intentaría para legitimarse en su espurio cargo.
¿Ustedes creen que se vaya a dar cualquiera de esas situaciones? Yo les apuesto a que no. Por eso nuestro título herzliche glükwünsche und vielen dank, Herr Fuchs! ¡Muchas Felicidades y Muchas Gracias, Señor Fox! Por salirse con la suya y por mostrarnos de qué manera se respetan las sacrosantas instituciones.